sábado, 15 de enero de 2011

Poleas y poleás.


Las poleas, como hemos visto en el tema 7 de Conocimiento del Medio, son máquinas simples mediante la cual aplicando una fuerza descendente se consigue una fuerza ascendente. La polea simple fija produce una ventaja mecánica: la fuerza necesaria para levantar la carga es justamente la mitad de la fuerza que habría sido requerida para levantar la carga sin la polea. Es muy sencilla, pero muy eficaz: una rueda con una hendidura pulida por la que pasa una cuerda que gira sobre un eje.




Sin embargo, si la a lleva tilde se convierte en poleá, un plato tradicional muy antiguo y contundente en calorías cuya receta recogida por Paula Chacón. Su abuela le dijo que se elaboraba así:

Una poleá es un pastelito que antiguamente lo comían como una comida y ahora lo suelen poner en algunos restaurantes de postre y se prepara así:
  • Se fríe pan en un poco de aceite y se reserva.
  • En un poco de ese aceite se añade leche, una ramita de canela, la corteza de limón, y matalauga. Antes de que hierva se pasa por un colador para retirar los granos de matalauga.
  • Luego se añade azúcar y harina y se da vueltas para que se espese, no mucho.
  • Cuando está terminado se le añaden los trozos de pan frito.
    ¡Y listo para tomar!”
Por mi parte aporto las cantidades:
  • 5 cucharadas de azúcar.
  • 4 cucharadas de harina.
  • 3/4 litro de leche.

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